2004-10-16

Desde un algún lugar en las chulas fronteras

La hermana Estrella ha recopilado estos textos para el Santísimo Santuario de San Eulalio González Ramírez. Agradecemos y alabamos al Señor.

Santitos


San Eulalio:

Podrías hacernos el milagro de que mi marido no nos pegue a la Julia y a mí, desde que llegamos a Ciudad Juárez nomás anda de borracho y seguido nos tranquea, él piensa que nosotras tenemos la culpa de toda sus desgracias, pero la Julia chambea harto en su jale y yo pues en la casa. No le hacemos daño a nadien, por favor, mándanos un dinerito para que ya no se enoje y a cambio te prometo prender nueve veladoras en tu nombre, pero sin dinero pues, ¿cómo te las prendo?

La Julia y la Azucena Ortiz
Juárez Nuevo
Cd. Juárez, Chihuahua.






Exvoto a San Eulalio:

Recibe este pequeño homenaje éste día de Muertos desde la Planta Río Bravo Electric No.1 en Cd. Juárez, Chihuahua, donde recordamos con cariño a nuestro queridísimo Piporro. Su atento y seguro servidor:

Ing. Luis Fernando Villa Vences
El Paso, Tx.






Caro Rey del taconazo:

Ya van dos veces que vamos a tu santuario en Tijuana, B.C. pero no lo encontramos, el José dice que no es cierto eso de tu santuario, pero yo le digo que sí, que sí es cierto y que vamos a encontrarlo, sólo que no ahorita, sino cuando Dios diga. Ya tenemos trabajo en la maquila, nos pagan cuatrocientos pesos a la semana por turno, es bien poquito, pero no nos queremos regresar, aquí es rechula la frontera, que cosa tan hermosa. Ahora queremos pasarnos de mojados, así que aquí te traigo el corazoncito de oro que te prometí pa´que veas que yo si cumplo mis promesas, ahora cumple tú las tuyas.

La siempre tuya Adolfa y el Pancho Rodríguez.
Col. Las Torres
Cd. Juárez, Chihuahua






YO ROSITA A. VENGO DESDE SALTILLO, COAHUILA A PAGAR ESTA MANDA POR LOS FAVORES RECIBIDOS PORQUE POR FIN MI MADRE ME DEJÓ SALIR A COSEGUIR UN NOVIO. YA TENÍA TREINTA Y CINCO AÑOS Y SEGUÍA VIRGEN. AHORA SÓLO SIGO SOLTERA. BENDITA SEA TU CARIDAD.

TUYA
ROSA





EXVOTO,
DOY GRACIAS POR HABER TERMINADO ESTE AÑO. AL FIN.

Q.
TIJUANA, BC





San Lalito de Las Herreras:

Ya hace tiempo te había pedido el milagrito de que te llevaras muy lejos al inútil de mi marido porque ya no aguataba tener que mantenerlo, pues bien, ya se fue, pero me sigue molestando. Yo creo en ti, mi fe no está en duda, pero creo que no fui nada clara cuando te dije que “te lo llevaras de mi casa”, más bien quise decir, “que te lo llevaras de esta vida”, no importa que me condene, Señor, pero deja caer todo el rayo de tu poder sobre su hueca cabezota. Fulmínalo con el rayo de la desesperanza, castígalo Señor, tú que venciste a la muerte, has que él no pueda vencerla, ponle en su camino ortigas venenosas, que arda en el fuego del infierno de los dilers mala onda. Aquí te ofrezco su retrato para que lo reconozcas cuando tus ángeles subalternos vayan a su encuentro y no se lleven al otro entrenador de natación que trabaja con él y que está bien suave el morro y que primero usted, San Lalito, podría rehacer mi vida con él. Pero primero, ya llévatelo a descansar de tanta mierda que se mete.

La desesperada
Desde Jalapa






EXVOTO POR EL FAVOR RECIBIDO.

SAN ELULALITO PRECIOSO, RECIBE AQUÍ EN TU SANTO SENO LAS CENIZAS DE MI ABUELITA, YA QUEDAN POQUITAS PORQUE SE NOS FUERON CAYENDO DURANTE TODAS LAS PARADAS PARA COMER QUE HIZO EL CAMIÓN HASTA TIJUANA. TE RUEGO LAS RECOJAS EN TU SANTO SENO SEÑOR Y LE ALEGRES LA VIDA. LA POBRE SE LA PASÓ ATENDIENDO AL INUTIL DE MI ABUELO, QUE LE QUITABA SU DINERO Y LE PASEABA A LAS VIEJAS, A ESE YA LO ENCOMENDÉ CON LA VIRGEN DE FATIMA PARA QUE NO SE ME DESCARRILE MÁS DESPUES DE MUERTO, PERO A TI SAN EULALITO PRECIOSO TE ENCARGO A MI ABUELITA, A VER SI ME LA HACES FELIZ.

EUGENIA AGUIRRE
COL. LA CHAVEÑA, CD.JUAREZ.





San Eulalio de las Herreras,
Protector de los niños


Desde la última vez que te lo pedimos mi padre ya no nos golpea a mi amá y a mí, ahora sólo se dedica a insultarnos y a pasearnos enfrente de la casa a la piruja con la que se revuelca. Queremos pedirte que le mandes una enfermedad sexual a ver si así se calma el muy fogoso, pero que no se la pase a mi mamacita porque entonces ella sufriría el doble. A ver cómo le haces, santito de mi alma, yo sé que puedes, para eso eres divino santo niño de Las Herreras, pero a esa pendeja tienes que sentarla en un comal para que se le quite lo caliente. Yo no puedo escribir, mi mamacita santa escribió esta carta por mí, por favorcito hazme caso. Te lo pide un angelito.

Ángel Gabriel de la Cruz
El Paso, tx






San Piporro:

Siento que no puedo dar un paso más. Conozco a varias personas interesantes o extrañas, o ambas. Desde que llegué a Italia he pagado sólo dos o tres veces el autobús y el metro y eso me hace sentir verdaderamente miserable y me gusta Un poco de la astucia mexicana no cae mal en estos momentos de penuria. Ayer vi a un gringo ebrio hasta las cachas con una botella de absenta vacía en la mano: ¡se la terminó solo! A eso vienen los gringos solamente, buscando la estupidez. No sé para qué ir tan lejos. También me he encontrado cierta intolerancia: un muchacho se burla de la ecuatoriana que lo despacha en el McDonald´s; otro más de una señora que camina encorvada por las calles pidiendo limosna. He ido varias veces a un café de St. Jaume por mi expresso doble. Lo atienden franceses, una blanca y un negro que conviven sin ningún problema. Los precios no están en la carta: cada vez me cobran menos por el café y eso es un verdadero milagro que te agradezco, por eso cuando alguien me pregunta una dirección y de inmediato se la doy, sin problemas. No quiero parecerme a los mexicanos como Hugo Sánchez que regresan con acento europeo y viendo feo a los otros que no tienen la oportunidad de viajar como escritores pobres por Europa. Y aunque sienta que no puedo dar un paso más, gracias por mostrarme el mundo real, de verdad, muchas gracias.
¿Volver a Zacatecas? No, por favor...

El Mal Donado
Cd. de México






EXVOTO RECIBIDO DESDE LA IGLESIA DE LA PURISIMA CONCEPCIÓN EN QUERETARO, QUERETARO.

DAMOS GRACIAS A SAN EULALITO POR HABERNOS DADO LA FORTUNA DE CONOCERNOS, RECIBE ESTOS CORAZONES EN SEÑAL DE AGRADECIMIENTO ETERNO.

SIEMPRE FIELES
GERA Y BARRY





IGLESIA DEL SAGRADO CORAZÓN DE SAN EULALIO, GUANAJUATO, GTO.

AUNQUE A LA ULTIMA SESION EVANGELIZADORA NO ASISTÍ, LE DOY GRACIAS POR HABERME ESCUCHADO, SEÑOR TODO PODEROSO, INFINITAS GRACIAS.
RICARDO G.

BAR DEL SANTO,
GUANAJUATO,






TEXTO RECUPERADO EN LA CATEDRAL METROPOLITANA, DENTRO DEL NICHO QUE GUARDA AL SANTISIMO PIPORRO

Santo Piporro:

Yo te dije que me mandaras un wey super cool y en cambio que mandas: n-a-d-a, NADA ¿Qué te pasa?, si te dije que eras un naco milagroso fue en un momento de debilidad mental, no era para tanto. No way, te voy a dar otra oportunidad, pero no me mandes a un naco como el que le mandaste a mi amiga porque yo sí te lo regreso por donde vino (que seguramente fue por la calzada Zaragoza) aunque no sé bien si lo quiero tener. O bueno, sí. Ay!, mejor ya no. La verdad es que ya ni me importa estar sola, toda la gente es super mala onda conmigo, la última vez que hice una fiesta se llevaron mi cámara digital y fue esa gente que me enviaste, pero a últimas quién me manda ser tan mensa Ay!, porque la vida no puede ser una tacha, todo esto no va conmigo, it's not my kind of thing, y sabes por qué, porque yo soy totalmente de hierro y puedo seguir sola. San Eulalio, si no me puedes mejorar, no me vengas con mamadas, I feel great,


Ale, Otro Mal Donado
Centro Histórico, Ciudad De México






EXVOTO IMPRESO EN LA TÚNICA SANTA DEL SAGRADO CORAZON DE SAN EULALIO

ESTIMADO PIPORRO:

DESDE QUE SUPE DE SU EXISTENCIA NO HE DEJADO DE PEDIR POR EL DÍA EN QUE VENDRÍA A SU SANTUARIO, AQUI EN TIJUANA, NO CREA QUE PARA IR A BUSCAR UN TUBO DONDE EMBARRARME A LA AVENIDA REVOLUCION COMO SEGURAMENTE SE LO DIJERON LAS OTRAS NARRADORAS CON LAS QUE VINE, NO LES HAGA CASO, SON UNAS ENVIDIOSAS, ELLAS MIENTEN, LAS CANTINAS DE POR ACA LES FALTA EL SABOR A ORINES QUE TIENE LA GALLO Y PONEN MUCHAS TRABAS PARA SUBIRLA A UNA AL TUBO, ACASO ¿LA VEN A UNA GUANACA O QUE MADRES? Y LA VERDAD ES QUE YO SÍ ANSIABA CONOCERLE, DE HECHO LE HICE UNAS RECOMENDACIONES PARA EXPANDIR SUS MILAGROS POR TODO EL CONTINENTE, MISMOS QUE LE ADJUNTO EN UN SOBRE SELLADO JUNTO CON EL CORAZON, LA PIERNA, LOS OJOS Y EL BRACITO DE ORO QUE LE TRAIGO PARA QUE ME PROTEGA TODO EL CUERPECITO QUE POR ESTOS LARES PELIGRA. YO SÉ QUE SON MUCHAS LAS HOJAS QUE LE TRAIGO Y MUCHOS LOS FAVORES QUE LE PIDO PERO NO SE PREOCUPE SI NO LAS PUEDE LEER AHORITA, YA TENDRA TIEMPO DE REMITIRME SUS COMENTARIOS Y CON MIS ENCARGOS PUES AHÍ, POCO A POCO.

USTED SABE QUE NO SOY UNA MUJER EXIGENTE.

SIEMPRE FIEL
NADIA VILLAFUERTE
TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS


2004-09-06

Desde una agencia de publicidad

En el momento en que más lo necesitaba, la hermana Alejandra se encomendó al Señor. Sniiiiif. Y, aleluya, fue salvada.

Piporro ¡Sálvame!


Yo siempre pensé que el piporro era un naco y los santos una bola de hippies, en cuyo caso son peores que los nacos, cuya estética es vugar y desde hace ya algún tiempo lo vulgar está muy in. Yo tenía una referencia casi nula de este personaje, apenas unas imágenes desdibujadas de las películas transmitidas por televisión nacional cuando yo era niña y a las que nunca fui muy afecta. Así que para mí el Piporro era un señor norteño, ranchero y chistoso.

Esa noche me había metido mucha coca, era lunes, era una de esas coquizas que sólo puedes tomar un lunes, es decir, si ya te decidiste tirarte a la mierda desde el inicio de la semana significa que tienes realmente ganas de llegar hasta las últimas consecuencias. Abundar sobre los detalles de la velada me da flojera porque al fin y al cabo fue lo de siempre: amigos —de la noche—, copas de toda clase y, por supuesto, coca. Lo único más o menos particular fue que a uno de nuestros compañeros de juerga lo había dejado su novia de Monterrey y se la pasó neceando con tocar todas las rolas del Piporro que encontraba en las rocolas.

Ya eran las diez de la mañana del día siguiente y yo salía trabadísima de la cantina en la que hicimos nuestra última escala, debía ir enseguida a trabajar pero lo único que deseaba con todas mis fuerzas en ese momento era una raya más; respecto a la coca, siempre tomo mis provisiones y había escondido medio gramo en mi cartera desde la media noche, pero yo sabía que, en el estado en el que estaba eso apenas me alcanzaría para llegar a asearme a casa y aguantar el camino desde ahí al lugar donde trabajo, así que decidí llamar al dealer. Justo al salir de la ducha el timbre estaba sonando.

Llegué súper prendida, incluso me metí a la sala de proyectos a revisar unos lay outs que había estado dejando de lado porque me dan una hueva enorme. Con un entusiasmo por el trabajo extremadamente raro en mí, arrastré al director creativo a la sala para manifestarle mis impresiones sobre la redacción y el acomodo de los copies en dichos anuncios, con toda frescura lo saqué de una junta de producción y cuando él quería intervenir, yo, por supuesto, no lo dejaba hablar. Me sentía realmente la mejor.

Cuando al fin estuve sentada frente a la imac morada en el lugar que me asignaron en el pretencioso muladar que son las oficinas donde trabajo; cuando estaba según yo, lista para iniciar la jornada laboral, fingiendo que pienso el anuncio de televisión más cabrón que la masa ha visto en mucho tiempo, cuando estoy levantándome del asiento cada dos minuntos y explorando mi pequeña bolsita de polietileno llena de polvo blanco con la ayuda de una de mis llaves, es entonces que llega mi dupla a preguntarme si ya está lista la cabeza que insertará en un anuncio de prensa que intenta vender juguetes y me cacha metiéndome la llave en una fosa nasal.

—Ay Alejandra ¿qué vamos a hacer contigo? —la miro y mi taquicardia está ahora a mil, entonces quiero responder con la primera estupidez que produce mi embotado cerebro: es que nos metimos unas tachas y ya ves que ya no estoy tomando coca, pero como necesito despertar, me acabo de comprar este gramo, es el primero en quince días y… pero ninguna de estas palabras logran salir de mi boca porque lo que estoy sintiendo es que se me sale el corazón. Justo ahora deseo creer en los milagros y como lo único que me viene a la mente es el norteño con su imagen de televisor en blanco y negro, comienzo a implorar en mi mente, abriendo la boca sin decir nada, hiperventilando. Los ojos súper abiertos y llenos de confusión que nunca había visto en la cara de mi amiga están clavados en mí. En mi mente grito: quien quiera que sea , ¡pero que me salve! Juro que si me salvas diré que el cine nacional de la época de oro es una joya cada vez que el tema salga a colación, juro que hasta tomaré un curso de cine mexicano con algún guarro egresado del CCC aunque su boca apeste a tabaco —y otras cosas— a causa de su mala higiene bucal y las tres cajas de cigarillos que se fuma diario, incluso si los dientes del tal individuo están manchados por la nicotina. Es más ¡juro por ti!, folklórico Piporro, que voy a renunciar a mi empleo donde escribo pura retórica para vender mierda extranjera a la turba clasemediera nacional, que es la base de nuestra sociedad, y buscaré dar clases de literatura en una preparatoria popular a la vez que promuevo tu buen nombre, pero por favor ¡¡¡Sálvame!!!

Pues si lo estoy contando ahora es porque me salvó, y por supuesto no cumplí con lo prometido, pero ¡come on!, cuando alguien promete a cambio de algo es obvio que no lo va a cumplir, creo firmemente que lo que cuenta es el fervor con el que uno pide las cosas y no el cumplimiento de los compromisos, después de todo al santo no le beneficia en lo absoluto las mejoras del que pide. Ahora pienso que el Piporro fue un señor ranchero, norteño, chistoso y milagroso.



2004-07-30

Desde el Pluma Blanca

Con muchas ganas de bailar, la hermana Sylvia es sorprendida por una misteriosa aparición.


No tiene la menor importancia


Ese día el Pluma Blanca estaba a reventar. Pisotones, empujones, rozones, gotitas de cerveza en tu ropa o en tu zapato. Como que uno no elegía donde estar sino que la gente te empujaba a una esquina u otra del bar. Unos bailaban por allá, otros se besaban por acá. El Víctor y yo como ni bailamos ni nos besamos quedamos ahí atrapados en la pared esa donde todos han puesto su nombre. No me gusta este lugar, dijo él, dicen que aquí... (el ruido no me dejó oír), ¿se aparece quién?, le pregunté... En eso, tras la barra dos cervezas se asomaban para nosotros. Por fin. El Víctor se fue por la ronda y yo me puse a leer las firmas de todos: aquí estuvo el neto, abril rifa... el benja la tiene muy grande... lo típico, y entonces ahí estaba: Piporro es Dios, decía... y más abajo: Puro taconazo. Me dio como risa, ahí estaba yo como loquita, riéndome. El Víctor me pasaba mi cerveza cuando le dije: ¿ya leíste esto? Piporro es Dios, dije en voz alta y los ojos de Víctor asombrados y la boca de Víctor abierta y el cuerpo de Víctor congelado. Y de pronto, el silencio.

El silencio. El lugar entero se congeló. No había música, no había sorbitos, no había rozones ni empujones. Nada. Yo no sabía ni qué pensar, ¿qué pedo?, me dije. No era una broma de cámara escondida porque, hey, este es el Pluma Blanca. ¿Qué hacer, entonces? Huir, sí, huir. Entonces sentí su mano. Entonces lo miré. Entonces me di cuenta de que era él, sí era él. El Piporro.

El Piporro se apareció en el Pluma Blanca. Y el Piporro es Dios, no hay duda, no señores. Jaló de la barra una botella de Tequila, no sin antes decir que ese no era Tequila. Dos vasitos. Me ahorró las preguntas, me explicó, me dijo. Lo escuché. Que le pidiera lo que sea, ¿lo que sea? Pensé en ochocientastres cosas, una beca del fonca, un carro nuevo, todas sus películas en dvd, un sombrero resistol, unas botas tejanas... pero luego, luego lo tuve muy claro: quiero bailar, le dije, quiero bailar porque yo no sé bailar. Pero qué barbaridad ‘ñorita, me dijo con ese acentito tan suyo, tan rico, tan norteño. Tomamos un sorbito de tequila, se acomodó el sombrero, me alisé la falda,me acercó sus brazos y un bajo sexto y un acordeón comenzaron a sonar. Una redova, un apretoncito y luego todo fue puro taconazo. Y yo bailé, bailé como nunca y mis piernas se movían largas y ligeras y mi espalda era elástica y perfecta y mis caderas ¡se contoneaban! y Piporro, Piporro había hecho el milagro.

No tiene la menor importancia, me dijo, cuando yo le repetí: gracias, gracias, gracias. Y me dio un beso en la frente. Y desapareció. La música volvió a sonar en el Pluma y la gente se volvió a mover en el Pluma y el Víctor me dio por fin mi vaso de cerveza. ¿Qué me decías?, preguntó. Y le dije: que Piporro es Dios, Víctor, que Piporro es Dios.


2004-07-28

Desde algún lugar del corazón

Vaquero o beisbolista, nos dice la hermana Julieta, conque sea norteño. ¡Alabado sea Piporro!


Alabanza


Ahora que te inclinas el sombrero para que tu propia luz no te enceguezca.

Ahora que sabemos de tu divinidad me atrevo, yo, la más humilde de tus fieles a entonar esta alabanza en tu nombre, estos pensamientos que parten de mi devoto corazón:

Que tu voz sea bálsamo para mis tristezas, para que así, en los malos momentos no recurra a falsos profetas que en sus cánticos me ofrecen engañosas curas para las penas.

Que no olvide el ritmo que acompasa mis recuerdos de adolescencia:

En aquel tiempo, tú, oh divino aún estabas entre nosotros. Sin valorarlo, yo bailaba sin ton ni son, sin respeto, otros ritmos apócrifos a la usanza de los 80.

Pero hubo señales, la primera sucedió una tarde milagrosa, descansaba yo a la sombra de un palmar cuando un ser asombrerado y brillante apareció entre mis sueños. Decíase enviado tuyo, traía consigo un mensaje de salvación, me vi entre nubes y escuchaba a lo lejos una melodía que provocaba en mí extraños movimientos de cadera y una cara llena de sonrisa.

La segunda señal ocurrió cuando tenía 15 años. Estaba en el patio de la escuela, en la clase de danza, de la nada apareció un hombre guapo, alto del norte, de Tamaulipas para ser precisa, me tomó por el talle y en plena clase me enseñó a bailar al ritmo de la melodía de mis sueños.

Él, encaminó mis pasos.

La tercera señal: En una fiesta, después al termino de una canción cuya letra versa así: éntrele al bailazo y si trae bailadora, agárrela del brazo; me pidió en matrimonio, mis padres se rehusaron. No lo volví a ver y del amor no sé nada. Es por eso que me dedico a ti en cuerpo y alma.
Desde entonces te venero. Puse en mi cabeza la insignia que llevan tus discípulos: el sombrero; a mis caderas ajusté una falda con barbas y grecas. A mis pies unas botas desas altas de agujetas al frente. Así comencé mi servicio.

Pertenezco al ministerio del baile, recuerdo mis primeros taconazos al ritmo de una redova: Monterrey, Monterrey de mis amores... Han sido años de bailar ritmos norteños: mis nobles pies bailando al ritmo del acordeón, del bajo sexto. Mis embotados pies bailando a ritmos de Monterrey, de Tamaulipas de Sonora. Mis pies atormentados mostraron su fe por ti.
Que el recuerdo de tu voz me vuelva santa. Al escucharte mis piernas inventan pasos que traducen tu canto, el tono cantao de tu voz.


Petición


Hoy que me encuentro tan sola te pido el milagro del amor, (¿dónde quedó el tamaulipeco?). Bailaré en penitencia, como ofrenda, como manda, como el primer mandamiento de tu doctrina.
Quiero pedirte, sin ponerte con el sombrero besando la tierra, sin colocarte como a ése tal San Antonio, que me mandes un norteño; que use sombrero, que cante corridos, que baile redovas, que sea atractivo, que tenga una troca, que componga letras que me hagan soñar. Ahí te dejo a tu divino criterio el estado del norte de donde este hombre deba ser. Ahora que si esto es mucho pedir aunque sea un beisbolista te solicito...perdona mi soberbia oh divino...que se haga tu voluntad.


Ofrenda


Ahorita mismo me pongo las botas y una polka de fondo para ofrecerte mi devoción, para mostrarte mi fe. Así sea.

 

2004-07-08

Desde París

Hemos recogido el testimonio de la hermana Simone, una francesa que lamentablemente no habla nuestro idioma, que nos explicó cómo el Piporro apareció en París y transformó su vida:

“J’avais bien entendu parler de ces histoires de Piporro et de ses prétendus miracles, mais voyez-vous, moi, le Piporro je n’y croyais guère, c’était du pipeau, passez-moi l’expression !
Mais voilà que l’autre soir j’allais prendre ma dose de pilules - il faut que je vous dise que dans cette ville tout le monde prend ce genre de substance pour dormir ou supporter le mauvais caractère de ses voisins- avant de me mettre au lit avec un bouquin bien épais, histoire de trouver le sommeil plus rapidement. C’est alors que dans mon salon a surgi une espèce d’énergumène à moustaches et au chapeau de cow boy qui s’adressa à moi avec un fort accent mexicain :

-“Tou mé reconnais ?Yé souis lé Piporro dé México et yé viens té faire oune proposition.”

Et voilà que le mexicain chapeauté me proposa une méthode des plus originales pour me faire dormir, je vous jure, du jamais vu sous le ciel de Paris ! En échange de quoi je devais lui remettre ma dose mensuelle de pilules car il avait été chargé de cette mission par un mystérieux personnage de Tijuana qui, ayant irrémédiablement perdu le sommeil, s’était persuadé qu’il le retrouverait si une parisienne, portant le nom d’une actrice qu’il avait tant aimé, lui remettait sa dose mensuelle de pilules. Malheureusement je ne puis vous révéler le secret de la méthode du Piporro car il me l’a rigoureusement interdit sous peine de tomber moi aussi dans l’insomnie éternelle. Je peux seulement vous avouer que depuis que je la pratique non seulement mon sommeil s’est nettement amélioré mais mes voisins ont trouvé que j’ai beaucoup changé, ceux qui ne me connaissent pas croient parfois que je suis étrangère, certains disent même que j’ai l’accent mexicain.”

2004-07-07

Desde san luis de los potosíes

El hermano David nos manda este cable de prensa que apareció en un periódico de su localidad.

« NOTIMEX, REUTE, Prensa Latina.– ¡¡¡Extra!!! ¡¡¡Extra!!! Investigadores de la Cineteca Nacional, en la ciudad de México, han descubierto que una película donde actúa el hasta ahora supuesto actor cómico del cine mexicano, Eulalio González («Piporro»), tío abuelo de la famosa y consagrada poeta, Laura Elena González, no es ficción cinematográfica sino una filmación documental, con material escalofriante y auténticamente real logrado por un aficionado regiomontano, de nombre José María Mendiola. A este material, de acuerdo con tales fuentes, se añadieron después diversas secuencias de los estudios churubusqueños. Dicha cinta, «Piporro contra los monstruos», mezclando secuencias de ficción que se incluyeron en ella con el fin de hacerla pasar en los circuitos cinematográficos comerciales del mundo como filme de ficción originado en un país «tercermundista», es una pista esencial para desentrañar una serie de mensajes interestelares que, a ritmo de redoba, acordeón y bajo sexto, anuncian el colpaso de «una civilización fundada en el lucro, la solemnidad y las razones de Estado», según se lee en el mensaje descifrado por los investigadores aquí aludidos y grabado en uno de los costados de la nave espacial que en la película aparece. Esta noticia ha sido difundida a niveles muy reducidos en el mundo y con el carácter de «estrictamente confidencial e incomunicable». Por nuestra parte, en este espacio cibernético destinado a democratizar y potenciar la información, la hacemos pública con el ánimo de que todos podamos prepararnos para un futuro incierto: guerras de petróleo, guerras de galaxias, monstruos ridículos, héroes como nosotros y el Piporro.»